domingo, 15 de enero de 2012

• 3º Fanfic "Tiger and Bunny"

De cuando Barnaby decide volver a ser un héroe

El sol brillaba radiante en el cielo ese día. Atrás habían quedado los climas fríos y oscuros, dejando paso a la primavera con sus mantos de flores adornando el campo. Cientos de avecillas trinaban alegres esa mañana surcando el cielo, desde sus nidos o los balcones de las casas; el ruido de la calle llena y las personas caminando, esbozaban sonrisas muy confiadas en el rostro rumbo a su destino incierto. En Sternbild, a diferencia de otros sitios con las mismas ruidosas calles, parques y en primavera, pueden sus ciudadanos, salir de sus casas con la completa seguridad que sus espaldas están protegidas y que sus vidas estarán a salvo de cualquier amenaza posible. ¡Y es que Sternbild es la cuna de los Héroes! Poseedores de sorprendentes poderes que usan para el bien, esos son los héroes que día a día, logran que la paz siga reinando en la ciudad, arriesgando todo en esas mismas calles que los vieron crecer, porque estos héroes son ciudadanos que aman con la misma intensidad y pasión el lugar que los vio nacer. Y la gente sabe, ahora más que nunca, que pase lo que pase, se enfrenten a quien se enfrenten, su motivo de lucha es el mismo que el de ellos, lo sienten cada día al despertar y saber que son hijos de Sternbild, ese poderoso sentimiento que hace temblar de miedo a todo maleante que se plante delante a estos héroes, porque saben de antemano, que la pelea está decidida. Y ese gran medio llamado televisión ha conseguido que todo hijo de Sternbild que se tache de serlo, sea fiel espectador del Reality Show “HeroTv”, donde esos mismos héroes compiten haciendo el bien a la ciudad, decidiendo con sus actos, quién es merecedor de llevar con honor la insignia “KOH”, el rey de los héroes. El más alto honor entre estos hijos privilegiados.

Precisamente, ese año acababa de darse una noticia muy ansiada por las fans del show más jóvenes. El dúo que héroes que por primera vez se había formado, habían dejado de serlo el año pasado. Lo que más mortificaba a las fans era sin duda alguna, la precipitada decisión de su ídolo Barnaby Brooks Jr, a quien adoraban con intensidad; les importó poco la suerte de Wild Tiger, su compañero y dupla, pero que el atractivo rubio dejara el show de un momento a otro, causó que miles de cartas en protesta por ese acto, llegaran a las instalaciones de HeroTv. Pero no hubo vuelta atrás, y tuvieron que resignarse por más de un año a sólo recordar los mejores momentos de su ídolo en aquel programa; sin embargo, aunque dijeron que era definitivo el abandono de los dos del programa, meses después vieron con pesar y amargura, que el menos agraciado y excompañero de su ídolo, Wild Tiger, volvía a Herotv una vez más, aunque en la liga menor. Cómo sufrieron por esos días las fans. Nuevamente la lluvia y marea de cartas colmaron las mesas de los directores del show en las que exigían el regreso de su adorado; aunque nada podían ellos hacer. Nada, porque esa decisión no les competía a ellos, porque Barnaby era el único con poder sobre sí mismo desde ese último año. Ya nadie iba a decidir por él y a manipularlo de nuevo, su vida la vivía él y el tiempo, se lo dedicaría a vivirla. Por eso, aunque todos los mensajes electrónicos clamaban y suplicaban que recapacitara, quedaban extinguidas las palabras en la carpeta de spam donde se ubicaban.

Pero como en el lenguaje adulto el “siempre y el nunca” sólo significan “mucho tiempo”, hasta hace pocos días se empezó un rumor que habían visto a cierto rubio nuevamente rondar los pasillos de HeroTv. La prensa no se hizo esperar, buscaron entrevistas asaltando privacidades y rompiendo firewalls de algunos ordenadores con tal de conseguir la tan esperada confirmación del regreso de aquel ídolo juvenil. Se supo después que la productora de HeroTv, Agnes Joubert, planeaba un evento especial de “reencuentro” entre ambos integrantes del duo, pero quedó frustrado cuando una noche, sin aviso ni grandes cámaras grabando salvo la del móvil de un transeúnte que lo captó, Barnaby Brooks Jr hacía su aparición en las calles de Sternbild nuevamente y junto a su dupla, Wild Tiger. Video que se expandió como virus entre las redes sociales, llegando a ser, quisieran o no, transmitido por el propio HeroTv y admitiendo que la exclusiva del regreso, se lo debían a aquel joven y su móvil oportuno. Y es así, que el duo está nuevamente en las calles, aunque de futuro incierto para uno o mejor dicho, con tiempo indeterminado. Wild Tiger, héroe de un minuto, compañero acérrimo del ídolo Barnaby, tiene que lidiar con la realidad, que sus poderes no son los mismos de antes y que al igual sucedió con el reencuentro con su compañero, inesperado y sorpresivo, pueden terminar de un tajo. Pero su terquedad y deseo de hacer lo correcto es lo que lo tiene allí, de pie y con la frente en alto, arriesgándose en una división que bordea el ridículo para algunos, pero que sigue siendo motivo de orgullo. “Aunque sea mínimo el cambio que consiga con mis propias manos, el ejemplo de mis actos, puede lograr hacer eco en la conciencia de los que ahora no hacen nada, a hacer lo que en mis mejores días, conseguía. Y más que nada, la libertad que te da seguir el camino de tus sueños, es un extra.” Sí, ese viejo tonto continuaba siendo el mismo, nunca dejándose vencer y encontrando el lado positivo de todo lo existente de este mundo. Aceptándolo así, tomando como quien no quiere y obligado, Barnaby se dio a la misión de acompañar a su amigo una vez más, salvando y protegiendo la paz en esa ciudad bendita llena de gente privilegiada.

Ocurrió que por esos meses de completo aislamiento, Barnaby estuvo buscando en sí mismo un nuevo motivo por el qué luchar. Luego de aquel desengaño sufrido del hombre que lo crió, el llevar un traje y decirse “héroe” no pesaban en el pecho como antes. Cuando escuchó a su compañero decir que se retiraba para “recuperar el tiempo perdido con su hija”, silenciosamente se cuestionó que él no tiene tiempo perdido que recuperar con nadie salvo consigo mismo. Y fue entonces, cuando llegó la negativa. El retiro voluntario e improvisado de HeroTv, dejando atrás cientos de rostros llorosos por parte de sus fans, que verlo desaparecer les causó un gran golpe. Sin embargo, la cuenta de miles de días en zozobra pasados que llevaba acumulando desde su infancia, pedía ser saldada. Se debía a sí mismo cientos de alegrías, libre de ansiedades y sobresaltos a media noche que soñando, las imágenes lo torturaban. Barnaby se prometió vivir lo que no pudo, aunque con ello tuviera que irse muy lejos para no encontrarse con algún recuerdo de ese pasado.

Partiendo sin decir un hasta pronto o un adiós, rescatando un poco de su antiguo temple, partió hacia su encuentro con el olvido. O al menos ese era el plan. Visitó ciudades con tierras paradisíacas, paseó por calles inundadas de gente, folklor y música que le alteraban de forma singular. Conoció los sitios turísticos repetidos por agencias de viajes; saboreó la libertad de no hacer nada y hacer a placer cada día y noche, aún con las ideas más inapropiadas. Aunque el plan era vivir lo que no pudo, llegada la noche en su cama, el balcón o ventanal donde se encontrara, mirando hacia un infinito cielo negruzco, Barnaby sabía que seguía sin encontrar aquello que salió a buscar. Recorrió muchos caminos, pero sus pasos no hacían eco en el suelo; escuchó el sonido de varias ciudades, pero ninguna le habló de quién era él por esas calles; quiso sentir la adrenalina del riesgo, pero esta no le causó vibraciones en el pecho. No, cada ciudad visitada era una confirmación contundente que ese era el camino equivocado, que debía partir rumbo a otro y hallar entre escombros, su propio significado.

Andando un día por la calle cerca de una playa, en un ocaso brillante y de aguas doradas, un murmullo de voces captó su atención. Caminó unos pocos metros antes que éste se convirtiera en gritos de auxilio, haciéndolo correr apresurado y guiado por sólo su instinto, pensando que esa femenina voz debería necesitar de su ayuda inmediata a juzgar por la angustia que desprendía. No se equivocó, una mujer pedía a gritos en el borde del agua, que alguien ayudara a sacar del mar a su pequeña hija, que no sabía nadar y que se iba a morir si nadie la socorría. Quitándose la playera y arrojándola al aire, lanzándose presto al agua, Barnaby nadó cuanto pudo frente al oleaje rudo que lo intentaba arrastrar con su fuerza, no activó sus poderes porque no lo hacía desde hace mucho, quería hacer con sus propias capacidades cada cosa durante todo el viaje, por eso, aunque dudó un poco al principio, fue cuestión de segundos para al fin llegar hasta la diminuta boya que sostenía a una niña totalmente aterrada. Enganchándola a su cuello, el regreso que parecía sencillo en teoría, en la práctica no lo fue. La niña hasta hace poco paralizada del miedo, al verse ligeramente más segura, empezó a moverse y patalear cuando las olas chocaban su cara, gritando con lo que sospechó Barnaby sería toda su capacidad pulmonar y pidiendo por su madre. Más aún, cuando faltando poco para llegar a tierra firme, unos de sus pataleos se encajó perfecto con la entrepierna del joven, haciéndole perder todo ímpetu y coordinación. A poco de llegar a la playa, empezó a hundirse por la pérdida de fuerza. La madre vio con terror que su hija gritaba más, y llenándose de valor, se fue acercando a toda velocidad hacia el punto donde su improvisado salvador, había desaparecido. Para su alivio, lo vio salir sin problemas del agua a los segundos rodeado de un aura azul. A medio camino la mujer se detuvo y el joven, con expresión algo furiosa, depositó en sus brazos a la pequeña; sin decir más, se retiró y el ligero gracias de aquella madre, quedó ahogado entre los besos y abrazos que daba a la niña.

Esa noche, Barnaby no cenó y tampoco pudo dormir. Los recuerdos de la tarde lo atormentaban riéndose en su cara. Él que había prometido encontrarse a sí mismo y no usar sus poderes, esa tarde no sólo regresó a una etapa pasada de su vida, sino, que recurrió de su poder de cien para rescatar a una simple niña, que tan pequeña como era, había complicado al salvador hasta obligarlo a romper promesas y metas. Pero no se lamentaba por simplemente eso, su mayor reproche consigo, era que la niña estuvo en verdadero riesgo por su culpa. Si hubiera persistido en no usar su poder, probablemente se hubiera ahogado, ¿y qué clase de reencuentro consigo es morirse? A veces su terquedad adquiere formas engañosas que la ocultan efectivamente, llamarse “entereza”, “perseverancia” y “tenacidad”, es una manera silenciosa de ser terco si no se acompañan de la razón y solidaridad. Y siendo un poco más honesto, no usar sus poderes lo estaba cansando y aburriendo. Pensó también que si “alguien” lo estuviera viendo, sin lugar a dudas, le diría que ese aislamiento no era un encuentro con nada, era un escape a sus miedos. Que si bien estuvo investigando sobre la muerte de sus padres en ese entonces, con todo lo bueno y lo malo que descubrió, más pesado se volvía soportarlo. Que sí, estaba bien ser uno mismo, pero no reprimirse hasta el punto de no querer usar sus poderes. Y fue por ello que harto de ser y hacer lo que Maverick ordenaba, quiso atreverse y vivir lo que esos años no pudo...

Llegado a este punto en el hilo de sus pensamientos, siempre evadía el final de ellos. Y esa noche, con un vaso de leche ya fría en la mano, se permitió decir lo que ni pensar se atrevía, que cierta vez que esa idea apenas se materializaba en su cabeza, la disolvió por ser tan reveladora de sus deseos; porque Barnaby sabe que el final de ese hilo tiene rostro, voz y cientos de defectos; una tonta imagen de sí mismo viviendo, riendo y compartiendo ese viaje en compañía de aquel rostro conocido y dueño de esa voz que hace meses no escuchaba. Aquel amigo que parece no cansarse de ser el hazmerreír de todos, que parece no saber ni hacer nada bien, que cree más en la voluntad que la fuerza y sea su mayor contradicción a tenor de los cientos de destrozos que causa en la ciudad con ella, ese amigo que continuó siéndolo hasta el último momento y del que prácticamente huyó sin decirle a dónde iba. Ese viejo tonto que parecía intuir antes que nadie sus planes, fue más rápido y efectivo que todos, haciéndole prometer que cuando tuviera tiempo y se sienta con ánimos, pase un tiempo en su casa del campo y lejos del agotador ritmo de la ciudad; que su hija sigue en clases, pero que será feliz al verlo; que su madre puede ser un ogro, pero son apariencias y que su hermano no es tan cool como él, pero da buenos consejos... que lo estará esperando todo el tiempo que necesite y que la invitación no tenía fecha de caducidad.

Barnaby supo entonces, que si bien uno de sus deseos era tener una familia con la qué compartir sus alegrías o sus penas, aún no era capaz de formarla a pesar de las decenas de mujeres que hasta ese día había conocido durante el viaje. Había cenado y paseado con muchas de ellas y obtenido números de sus móviles más rápido que él borrándolos. Había besado y correspondido como si fuera un adolescente hormonal, tocado y acariciado hasta encenderlo peligrosamente... llegado a este punto, la fantasía acababa y emprendía retirada más audaz que podía ocurrírsele. No tenía miedo al sexo, había estudiado mucho sobre ello y aprendido algunas posturas interesantes por internet, pero hacerlo tan casualmente iba contra sus principios. Era una paradoja, no quería empezar una relación con las mujeres que había conocido y que le agradaban, porque no las conocía bien; y a la vez, quería enamorarse de alguna y empezar una relación que terminara en matrimonio, hijos y la tan anhelada familia... pero, ¿cómo tenerla si a todas les daba un “yo te llamo” poco creíble? Admitía que una de ellas lo había cautivado hasta casi pedirle una segunda cita, habían cenado y disfrutado de una conversación bastante interesante. La joven de cabellos negros era muy culta, lucía muy ilusionada de estar en su compañía, y para gusto de Barnaby, no dejó notar que era por su fama. Luego de la cena habían caminado por los alrededores del hotel e intercambiado besos delicados, inocentes debajo de un árbol. Barnaby se sentía lleno de una emoción extraña, aunque la poca luz del lugar ocultaba el rostro de su acompañante, el perfume que emanaba lo empezaba a embriagar. Y pensó que ninguna otra mujer lo había descontrolado hasta el punto de querer tocarla toda en su primera cita, entonces, tal vez ella... lamentablemente, sus pensamientos se cortaron cuando la angelical muchacha lo arrojó al suelo, sentado entre sus piernas y arrancando ropa en loco arrebato pasional. Barnaby se quedó de piedra durante unos momentos, hasta que la joven intentó sacar su miembro de sus pantalones con una mano mientras que con la otra se bajaba ella misma sus bragas. Queda por decir, que esa misma noche canceló la cuenta del hotel y se subió al primer avión que salía. No, él no quería aventuras de una noche con desconocidas, sino, una relación verdadera no nacida por su heroísmo y fama. Entonces, ¿enamorarse es tan duro? ¿Cómo hizo el resto del mundo para ello? No, sin ir más, lejos, ¿es que alguna vez tendrá la oportunidad de compartir una relación duradera con una mujer no le dé más dolores de cabeza que los causados por el viejo? ...saliendo de sus pensamientos, Barnaby sonrió. Dejó el vaso semivacío en la encimera, tomó el teléfono y llamó a recepción. Tal vez no haya sido el mejor encuentro consigo mismo, pero sí con su antiguo él. Y para qué negarlo, usar sus poderes y salvar personas, aún lo llenaban de vida. Haciendo otras llamadas, Barnaby cerraba un ciclo y un pasaje que ciertamente, llenó de experiencias su vida, pero que no eran suficientes para ganarle a todo lo vivido antes en Sternbild, y que además, guardaba más secretos por descubrir que lo demás fuera de esa ciudad. Esa semana, Barnaby regresó a su ciudad natal, encontrado de nuevo a su compañero y reingresado a HeroTv para fortuna de todos los fans y productores.


Escrito por: Sanae Machida

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